La Gran Apostasía
Antes de que el anticristo sea revelado, habrá un misterio de impiedad funcionando. El que va a venir aparecerá después de una furiosa actividad de apostasía. Satanás y todos los poderes de las tinieblas estarán preparando el escenario – destruyendo la fe de muchos. Debido al desenfreno en el pecado, el amor de mucha gente de Dios se enfriará. Habrá creyentes náufragos por todos lados.
¡La mayor preocupación de Dios no es donde están cayendo los cristianos, sino de donde están cayendo! Hay multitud de cristianos, incluyendo pastores, diáconos y ministros de todas clases, ¡qué están perdiendo la fe y la confianza en el poder del nombre de Jesús! Están cayendo de esa fe como de niño, que cree que la solución a todos los problemas es sólo él. Se están volviendo a métodos psicológicos, experiencias humanas, y a filosofías y doctrinas de hombres.
Todos los profetas previeron esta gran apostasía. A Isaías Dios le dio un mensaje que se refiere especialmente a nuestros días. Habla de los últimos tiempos cuando el pueblo se “volvería a Egipto,” para que les ayudara y rechazarían a Dios como su única fuente de provisión.
Dios se aseguro que no hubiera equivocación hacia quien iba dirigida esta profecía. Él le dijo a Isaías: “Ve, pues, ahora, y escribe esta visión en una tabla delante de ellos… para que quede hasta el día postrero, eternamente y para siempre” (Isaías 30:8). La traducción literal es: “Para que sea para las generaciones futuras para los últimos días.” El capítulo treinta de Isaías es el mensaje para la iglesia de los últimos tiempos. ¡Cuán exacto y cierto!
“¡Ay de los hijos rebeldes que se apartan, dice Jehová, para tomar consejo y no de mí; para cobijarse con cubierta y no de mi Espíritu, añadiendo pecado a pecado! Que se apartan para descender a Egipto, y no han preguntado de mi boca; para fortalecerse con la fuerza de Faraón, y poner su esperanza en la sombra de Egipto” (Isaías 30:1-2).
¿Por qué les llama Dios hijos rebeldes? ¡Porque han cometido lo ultimo en pecado más grande, causándole a Dios la mayor pena! Aquí se introdujo un pecado peor que el adulterio, la fornicación, el robo, la mentira u odiar al hermano. ¡Es el ultimo pecado de rebelión y apostasía! Dios le llama pecado compuesto – de añadir pecado a pecado.
Es una bofetada en el rostro de Dios – es la consumación del pecado más declarado que pueda cometer un hijo de Dios. ¡Es avanzar hacia Egipto antes que consultar al Señor! Esto se les decía a los líderes de Israel en el reinado de Ezequías – pero también es para la iglesia de estos últimos días.
El abuso de drogas, el alcoholismo, el adulterio, el juego, la homosexualidad, la fornicación, la pornografía – todos estos malos actos son pecados contra la carne, contra la sociedad y contra las leyes y mandamientos de Dios. Pero este pecado es contra el Señor mismo ¡es una indignidad personal contra de un Dios santo!
Tenga en mente – este es nuestro Señor apenado que esta hablando:
“¡Ahora haces tus planes sin consultarme a mí!”
“¡Ahora estas con aquellos quienes confían en el brazo de la carne, y no en el Espíritu!”
“Estas volviendo a la misma cosa de donde te libre – volviste a buscar ayuda de lo que una vez te causo tanto dolor y esclavitud.”
“¡Ay de los que descienden a Egipto por ayuda, y confían en caballos, y su esperanza ponen en carros, porque son muchos, y en jinetes, porque son valientes; y no miran al Santo de Israel, ni buscan a Jehová!” (Isaías 31:1).
¡Recuerda que todo esto tiene que ver como nos libramos del enemigo! ¡Tiene que ver con liberación! ¿Cómo liberamos al pueblo de Dios de enemigos enfurecidos? Los asirios están a la puerta, amenazando destrucción. Los asirios representan a un enemigo exitoso. ¡Esto representa la impetuosa manera de maldad que parece tener tanto éxito hoy! ¿Cómo van los líderes de Dios – sus pastores – sus ancianos a enfrentar a este formidable enemigo que está a la puerta? El enemigo ha barrido con todo lo que se ha encontrado delante de él y parece imparable.
¡En vez de voltear al Señor con confianza, pusieron sus ojos en el enemigo! Se volvieron al brazo de la carne. Ellos enviaron embajadores a Egipto, a los lideres y generales de gobierno en Zoar y Hanes. Ellos tomaron el asunto en sus manos.
Isaías nos hace una vívida descripción del vacío y de la angustia delante de ellos. Al ir a Egipto iban camino a: “…por tierra de tribulación y angustia, de donde salen la leona y el león, la víbora y la serpiente que vuela” (Isaías 30:6). Ellos no encontraron nada más que vacío y vanidad. “Por tanto la llamó Rahab quien ha sido exterminada” (Isaías 30:7).
Aquí Rahab en hebreo quiere decir: “He llamado a Egipto, bocón, que se sienta tranquilo.” Otros lo interpretan como “Gente fanfarrona que es holgazana” (Keil, Delitzsch).
La escena es terrible: aquí tenemos al pueblo de Dios, ¡regresando por el mismo desierto del que habían sido libertados, volviendo por ayuda a un sistema del mundo, presumido y fanfarrón que no se podía mover! Estaban dispuestos a soportar una vez más el vacío, el dolor y la angustia – en un desierto, buscando que el mundo los ayudara.
Miren a la iglesia de hoy, miren a sus ejércitos de expertos entrenados, mire a sus pastores y trabajadores. ¿Hacia dónde se dirigen la mayoría de ellos? ¡De regreso al desierto, de regreso a Egipto, el bocón! Se están desviando del Hombre de Galilea, del oprobio de la cruz, del poder de la oración, de la fe y de la palabra de Dios. “Porque este es pueblo rebelde… que no quisieron oír la voz de Jehová” (Isaías 30:9).
¡Moisés profetizó que esto mismo ocurriría en los últimos días! Él predijo acerca de la gran apostasía del pueblo de Dios. “Tomad este libro de la ley, y ponedlo al lado del arca del pacto de Jehová vuestro Dios, y esté allí por testigo contra ti. Porque yo conozco tu rebelión y tu dura cerviz; he aquí que aún viviendo yo con vosotros hoy, sois rebeldes a Jehová; ¿cuánto más después que yo haya muerto? Porque yo sé que después de mi muerte, ciertamente os corromperéis y os apartaréis del camino que os he mandado; y que os ha de venir mal en los postreros días, por haber hecho mal ante los ojos de Jehová, enojándole con la obra de vuestras manos” (Deuteronomio 31:26, 27, 29).
Él advirtió: “Ustedes se apartaran” – el mal caerá sobre ustedes en los últimos días. Moisés profetizó: “Porque yo les introduciré en la tierra que juré a sus padres, la cual fluye leche y miel; y comerán y se saciarán y engordarán y se volverán a dioses ajenos y les servirán y me enojarán e invalidarán mi pacto” (Deuteronomio 31:20).
Vamos a unirlo y llegar al punto que están haciendo los profetas. ¿Qué significa desdeñar al Señor – y regresar a Egipto? ¿Qué interpretación tiene esto en estos últimos días? Dios está diciendo: “Cuándo primero te llame – cuando te toqué y te libré de tus enemigos, ¡solo me querías a mí! ¡Orabas por todo! Tenias fe y confianza de niño en mi, que yo te guiara e hiciera provisión milagrosa para todas tus necesidades. Yo era tu gozo – solo yo era tu satisfacción. ¡No te habías consumido, tenías un corazón anhelante por mí!
“Ahora tienes todos tus expertos, tus libros de “como hacer.” Tienes métodos modernos, no me necesitas para que te provea ahora. Tienes expertos que te digan como recaudar dinero, como escribir cartas, como hacer apelaciones. Tienes seminarios, sesiones de entrenamiento, más expertos y más consejo, mucho de los cuales incorporan las enseñanzas de este mundo. Estás aprendiendo como hacer las cosas mejor, ¡pero a mí me conoces menos! Ya no soy el centro de todo, haces las cosas en mi nombre y estás muy ocupado, muy comprometido y trabajas mucho – pero te deja cansado, consumido y vacío, porque estás en el camino a Egipto. Estás encauzado en la dirección equivocada.”
Nuestras iglesias ya no tienen el poder de Dios para atraer a la gente. Ahora bajan a Egipto, toman prestada su música, sus danzas y su entretenimiento, ¡esperando atraer una multitud! ¡No hay pasión por las almas – solo el gentío! ¡Qué la iglesia crezca a cualquier precio! Fíjense en la mayoría de los boletines de las iglesias, parecen más bien un calendario teatral. ¡La iglesia quiere montar los rápidos caballos de Egipto! Es un hedor en la nariz de Dios.
¡Aun los ministerios de ayuda a la iglesia están cayendo en apostasía! Los trabajadores están estacionados enfrente del ídolo de la televisión. Muchos están leyendo libros de sicología. Aunque algunos tienen pasión por las almas, ¡aun esto se convierte en algo mundano y energía humana.
“Que dicen a los videntes: No veáis; y a los profetas: No nos profeticéis lo recto, decidnos cosas halagüeñas, profetizad mentiras” (Isaías 30:10).
La iglesia apóstata no quiere saber nada de las visiones y las profecías de hombres justos. Ellos no quieren un mensaje que moleste o perturbe su mundo de éxito.
Rechazan cualquier clase de corrección. Bajo la bandera del amor todo se disculpa.
¡Van detrás del entretenimiento! Van por millares a conciertos, obras teatrales y reuniones sociales; ellos ridiculizan a los profetas. Se burlan de los que llaman: “¡predicadores del día del juicio!” Viven ilusiones. Ellos no quieren a un predicador o un evangelista que les hable la verdad cruda – o que saque la espada del Señor. Ellos dicen: “¡Predícanos cosas suaves! ¡Bendícenos! ¡Haznos sentir bien!”
Rechazan especialmente el mensaje de santidad y separación. Ellos dicen: “Dejad el camino, apartaos de la senda, quitad de nuestra presencia al Santo de Israel” (Isaías 30:11).
Nunca pensé que vería el día en que pastores dela Asamblea de Dios me escribirían cartas, reprochándome y diciéndome que estoy trayendo confusión y tristeza al cuerpo de Cristo. ¿Por qué? ¿Por predicar santidad, juicio y arrepentimiento?
Jeremías fue enviado a profetizar en contra de judíos apóstatas, el mismo pueblo del Señor. Dios le advirtió: “Pelearán contra ti… me dejaron a mi fuente de agua viva, y cavaron para sí, cisternas… el temor de mí no está en (ellos)” (Jeremías 1:19; 2:13, 19).
¿Por qué la gente acoge el mensaje de prosperidad y rechaza la corrección y los llamados al arrepentimiento, y a la santidad? Es por sus estilos de vida. Las predicaciones de prosperidad embonan muy bien en sus estilos de vida exitosos. Se amontonan donde aquellos maestros, porque quieren sentirse cómodos en su mundo de materialismo. No están dispuestos a dejar nada o a sacrificarse u oír de cruces y pérdidas. Ellos están por: comprar, adquirir, disfrutar y subir. Se rehúsan a poner atención a las advertencias proféticas de que la fiesta ya se va a acabar.
Lo menosprecian con una sonrisa condescendiente. Y eso es peor que un rechazo directo. “Y vienen a ti como viene el pueblo, y están delante de ti como pueblo mío. Oyen tus palabras, pero no las ponen por obra, antes hacen halagos con sus bocas y el corazón de ellos anda en pos de su avaricia. Y tú eres para ellos como un cantor de amores, de hermosa voz y que canta bien. Ellos oyen tus palabras, pero no las ponen por obra.” (Ezequiel 33:31-32).
Para muchos cristianos, aún para aquellos que sinceramente se llamaban a ellos mismos “su pueblo”, el llamarlos a que quiten de sus casas el ídolo de la televisión, que apaguen el “rock and roll” y la música del diablo, que tomen en serio un sometimiento total, es solo un mensaje nuevo. Les afecta por el lado del entretenimiento – les encanta escucharlo – decir “Amen”, pero no les afecta. Siguen las lujurias de sus corazones. Ves, ellos están liberados, no Están bajo la ley o el legalismo y rehúsan permitirle al Espíritu Santo que escudriñe su hombre interior acerca de la corrupción que se esta infiltrando en sus vidas y hogares.
“Porque así dijo Jehová, el Señor, el Santo de Israel: En descanso y en reposo seréis salvos; en la quietud y en confianza estará vuestra fortaleza. Pero no quisisteis, … sino que dijisteis: No…” (Isaías 30:15, 16).
El mensaje de Dios a la iglesia ahora es este: “Tu ultima esperanza, la única fuerza que te queda, es volver a mi con todo tu corazón; arrepiéntete – ¡confía en mi solamente! ¡Vuélvete de Egipto, del mundo!
¡Dile esto a los ministerios multimillonarios de televisión! ¡Dile esto a los pastores ocupados de prosperidad! ¡Dile esto al gentío loco por dinero! ¡Dile que su única salvación ahora esta en el arrepentimiento y santidad! Ellos ni siquiera tienen el tiempo para considerar el asunto, mucho menos contestar a el. Isaías dice que ellos rechazaran el mensaje de arrepentimiento; rechazaran el pensamiento de quietud, reposo y confianza sencilla – ellos están demasiado ocupados corriendo sobre sus caballos ágiles, huyendo – detrás de sus propios sueños.
Isaías predice un derrumbe repentino de aquellos individuos y ministerios quienes rechazan el mensaje de arrepentimiento. “Por tanto, el Santo de Israel dice así: Porque desechasteis esta palabra y confiasteis en la violencia y en la iniquidad, y en ellas os habéis apoyado, por eso, este pecado os será como grieta que amenaza ruina, extendiéndose en una pared elevada, cuya caída viene de pronto, repentinamente. Y se quebrará como se quiebra un vaso de alfarero, que sin misericordia lo hacen pedazos…” (Isaías 30:12-14).
¡Viene un quebrantamiento repentino, destructor – un derrumbe de ministerios, iglesias, estilos de vida – de aquellos que están cómodos en Sión! ¡He visto lo que Isaías vio! Viene, muy pronto, una calamidad económica, tan repentina, tan inesperada – ¡el flujo de dinero se detendrá! Los ministerios de televisión caerán en bancarrota uno detrás de otro. Muchas iglesias las cuales están cargadas de deudas caerán en bancarrota.
Aquellos que predican prosperidad exclusivamente serán los predicadores mas odiados en la tierra. Ya estamos recibiendo cartas de aquellos que estuvieron en ese campamento, pero ahora en profundos problemas financieros – y los heridos se están volviendo contra sus maestros, gritando, “¡Tu me engañaste! ¿Por que no funciona tu palabrería ahora?” ¡Los maestros mismos estarán en terror, contemplando el derrumbe – de la noche a la mañana!
¡Créeme, todo se quebrara! ¿Esta mintiendo Isaías? Escúchalo: “Porque rechazaste esta palabra de santidad, arrepentimiento y avisos proféticas, tus muros altas desarrollaran un bulto; caerá de repente – ¡todo estará hecho y terminado en un momento!”
¿Quién puede creerlo? ¡Hoy, millones de dólares están fluyendo libremente! Ellos construyen; ellos compran; ellos venden; ¡siguen en sus sueños como que nunca terminara! ¡Pero el día esta por delante – en corto tiempo, viene un terrible derrumbe! ¡Tan despiadado! ¡Tan quebrantador! ¡Tan repentino! ¿Quién iba a creer que el temeroso derrumbe del mercado de petróleo? ¿Quién iba a creer que nuestra nave espacial “Shuttle” iba a explotar?
¡Miles de pastores apóstatas y sus ovejas indefensas temblaran en vergüenza y terror! “Un millar huirá ante la amenaza de uno; ante la amenaza de cinco, huiréis vosotros todos, hasta que quedéis como un mástil en la cumbre de un monte y como una bandera sobre una colina.” (Isaías 30:17).
Esto significa que el temor los abrumara. Ellos correrán de un lado a otro, sin lugar de escondite, sin descanso, sin confianza en quietud, sin fuerza interior – ¡aterrorizados! ¡Ellos se convertirán en una sombra de lo que una vez fueron!
¡El reino del yo, de orgullo, de ambición, se viene abajo! Las advertencias de Isaías no serán escuchadas - mis advertencias serán mofadas. ¡Pero ellos han sido avisados! Cuándo venga, y vendrá, ¿de qué servirá su mensaje entonces? ¿Quién escuchara? ¡Sus sueños e ilusiones serán arrastradas! ¡Sus escenarios de entretenimiento destruidos! Aun los impíos dirán, “¿Cómo puede ser? ¿Por que Dios le ha hecho esto?”
Estas advertencias no molestaran a aquellos cristianos quienes están encerrados con Dios. Las advertencias de Jesús fueron más fuertes que las advertencias que acaba de leer – pero para los confiados él dice, “No temas.” Sigan leyendo santos – ¡hay un lado glorioso a todo esto!
¡Cómo nuestro Señor anhela tener un pueblo aquí que sólo lo anhele a él! Él se lamenta por esta apostasía, pero su compasión va a levantar un pueblo que se vuelva a él, que se arrepienta – ¡quienes solo lo desean a él! “Por tanto, Jehová esperará para tener piedad de vosotros, y por tanto será exaltado, teniendo de vosotros misericordia. ¡Porque Jehová es Dios justo! Bienaventurados todos los que confían en él” (Isaías 30:18).
¡Aquí Isaías se está dirigiendo a un pueblo del futuro! Está hablando a un pueblo que iba a formar ala Siónespiritual – Jerusalén, que nunca se caerá o derrumbará. ¡Es un pueblo santo, cuya principal característica son sus corazones anhelantes tras Dios!
¿Cuál era la señal de la gente apóstata? Ellos no anhelan al Señor; sino que anhelaban tras Egipto, el mundo, la carne y lo mundano. ¡Esta es la triste carencia de la iglesia de hoy! Hay muy poco de este profundo deseo por Cristo. Muy poco de estar encerrado con él, deseándolo a él como la plenitud de vida. Tenemos una generación que trabaja por él, testificaremos, alimenta a los pobres, ayuda a los desamparados y ministra a las necesidades humanas. ¡Pero muy pocos que pasen sus días anhelándolo a él! Dios dijo: “...mi pueblo se ha olvidado de mí por innumerables días” (Jeremías 2:32).
Aunque todo alrededor habrá un derrumbe y lloro – ¡este pueblo no llorara! ¡Dios va a escuchar su clamor y contestara su oración! “Ciertamente el pueblo morará en Sión, en Jerusalén; nunca mas llorarás; el que tiene misericordia se apiadará de ti; al oír la voz de tu clamor te responderá” (Isaías 30:19).
¡Habrá privaciones! Habrá opresión de parte de Satanás, del mundo, de las circunstancias, pero Dios se manifestará en medio de su pueblo. La presencia del Señor será preciosa para ellos. “Bien que os dará el Señor pan de congoja y agua de angustia, con todo tu Maestro nunca mas te será quitado, sino que tus ojos verán a tu Maestro” (Isaías 30:20).
Dios le va a dar revelación verdadera a este pueblo. ¡Ellos verán lo que otros no han visto! ¡Ellos serán guiados paso a paso por el Señor! Entonces no va a haber hambre de la Palabrade verdad, ni habrá necesidad de sermones en cintas, ni de lejanos seminarios. El Señor ya tiene en su lugar una fuerza de predicadores de santidad y arrepentimiento que están esperando la hora en que los cristianos estén listos para escuchar. Estos predicadores ya no van a ser censurados, ni excluidos, se van a parar en la brecha y van a proclamar la Palabrasanta y pura del Señor ante una nación que tiembla. “Entonces tus oídos oirán a tus espaldas palabra que diga: Este es el camino; andad por él, y no echéis a la mano derecha, ni tampoco torzáis a la mano izquierda” (Isaías 30:21).
¡Este pueblo derribara todos sus ídolos! ¡Ansiaran tanto tras el Señor, todos los ídolos tienen que irse! “Entonces profanarás la cubierta de tus esculturas de plata y la vestidura de tus imágenes fundidas de oro; las apartarás como trapo asqueroso. ¡Sal fuera!, les dirás” (Isaías 30:22).
Ellos disfrutarán de su más grande ministerio cuando todo a su alrededor sea temor, fracaso y ruinas. “Y dará el Señor lluvia a tu sementera, cuando siembres la tierra, y dará pan abundante y sustancioso como fruto de la tierra. Tus ganados en aquel tiempo serán apacentados en extensos pastizales.” (Isaías 30:23).
¡Alabado sea Dios! ¡Este remanente anhelante tendrá una cosecha gloriosa en el día de ruina y calamidad! ¡Ellos no van a estar huyendo o escondiéndose! Ellos oyeron el sonido de la trompeta y se prepararon. Se escondieron en Cristo y la hendidura de la roca.
En los últimos años, y ahora con más intensidad, ¡Dios ha estado y está preparando un pueblo que él va a llamar el día de la matanza! Ellos no van a ser sacudidos cuando todo sea sacudido por Dios. ¡Ellos tendrán esa quietud y fortaleza, van a tener su confianza en él!
¡Ellos no van a ser consumidos! ¡Ellos no se van a desanimar, ni estarán cabizbajos! ¡No habrá confusión en ellos! ¡Sabrán que Dios los ha preparado para esta hora! ¡Estarán bebiendo de los ríos de agua viva! “Y sobre todo monte alto y sobre todo collado elevado habrá ríos y corrientes de aguas en el día de la gran matanza, cuando caerán las torres” (Isaías 30:25).
¿Crees eso? En el día que Dios eche abajo todas las fortalezas en que confiaban los hombres y la iglesia apóstata, cuando comience la gran matanza de ministerios centrados en hombres, entonces, ¡su pueblo estará bebiendo de los manantiales de agua sobrenatural!
Pero lo mejor de todo es que estos santos heridos, pero confiados y anhelantes, entraran en la revelación más grande y brillante de Jesucristo que alguna vez fuera dada a la humanidad. “Y la luz de la luna será como la luz del sol, y la del sol será siete veces mayor, como la luz de siete días, el día que vendare Jehová la herida de su pueblo y curare la llaga que él causó” (Isaías 30:26).
Cada día que reste ates del regreso de Cristo – ¡este pueblo arrepentido, confiado y anhelante lo contemplara con siempre creciente luz! Este cuerpo disfrutara una revelación de Jesucristo siete veces más intensa que todas las revelaciones pasadas. Nos encontraremos con él, como su novia, vestida con su brillantez.
Si este mensaje te asusta o te molesta – ¡es mejor que escudriñes tu corazón! Este no es un mensaje de condena o de tristeza para los vencedores. Aquellos que confían completamente en el Señor se regocijarán – ¡porque el día de nuestra redención se acerca!
¡Yo soy uno de los predicadores más animados del mundo! Casi no puedo contener mi gozo – ¡porque Dios está a punto de echar abajo, sacudir y arrancar todo lo que es del mundo y de la carne!
¡Santos – regocíjense conmigo!